La Muvra rinde homenaje a Omar Vecchio, alpinista solitario y heroico, escritor, poeta, paracaidista.
Omar Vecchio murió el 31 de julio de hace once años en Pakistán mientras escalaba el Diran Peak (7.266 m.) arrollado por un serac. Omar tenía 38 años y había hecho de la “experiencia límite” el imperativo ético de la propia existencia. Esta es la filosofía de vida que había adoptado y que había encontrado en el alpinismo su forma de realización más auténtica. Porque la experiencia fundamental de la “ética del límite” es auténtica disciplina, autodisciplina del más alto nivel; en la contemplación de la visión de la extrema soledad, se revela el único rastro de nuestra situación en el mundo y al mismo mundo expresado con exactitud”. En otros pocos lugares el “destino” - y por lo tanto lo sagrado – juega como mejor puede su propia partida como en la “vías” que conducen a la cumbre, donde precisamente el hombre experimenta a si mismo y los propios límites poniendo en acción la sapiencial exhortación “conócete a ti mismo”. A todo esto Omar ha llegado en un primer lugar por medio de la vía intelectual, y luego con la práctica del alpinismo: pasando a través de ello – por deseo del “destino” - el umbral que conduce al más allá.
Omar Vecchio murió el 31 de julio de hace once años en Pakistán mientras escalaba el Diran Peak (7.266 m.) arrollado por un serac. Omar tenía 38 años y había hecho de la “experiencia límite” el imperativo ético de la propia existencia. Esta es la filosofía de vida que había adoptado y que había encontrado en el alpinismo su forma de realización más auténtica. Porque la experiencia fundamental de la “ética del límite” es auténtica disciplina, autodisciplina del más alto nivel; en la contemplación de la visión de la extrema soledad, se revela el único rastro de nuestra situación en el mundo y al mismo mundo expresado con exactitud”. En otros pocos lugares el “destino” - y por lo tanto lo sagrado – juega como mejor puede su propia partida como en la “vías” que conducen a la cumbre, donde precisamente el hombre experimenta a si mismo y los propios límites poniendo en acción la sapiencial exhortación “conócete a ti mismo”. A todo esto Omar ha llegado en un primer lugar por medio de la vía intelectual, y luego con la práctica del alpinismo: pasando a través de ello – por deseo del “destino” - el umbral que conduce al más allá.
No basta con subir una montaña
es necesario devenir la montaña misma que se sube.
Tener valles y ser la cima.
Es necesario ser gélido como el Montblanc
Afilado como el Cervino, tempestuoso como el monte Rosa
Lejano como el Aconcagua, plácido como el Cevedale.
Es necesario saber como unir permaneciendo aislado, Ser la Cima misma.
(Om Ar, mayo 2000)
es necesario devenir la montaña misma que se sube.
Tener valles y ser la cima.
Es necesario ser gélido como el Montblanc
Afilado como el Cervino, tempestuoso como el monte Rosa
Lejano como el Aconcagua, plácido como el Cevedale.
Es necesario saber como unir permaneciendo aislado, Ser la Cima misma.
(Om Ar, mayo 2000)
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