Antonio Medrano – la senda del honor.
“El honor es flor que crece en lo alto de la Montaña del Ser y del Sol. Florece en las altas cumbres, cual majestuosa, sencilla y radiante edelweiss. Esta bella flor alpina, de color blanco y con hojas en forma de estrella, en la que se sintetiza el misterio, la belleza y la grandeza de la montaña, viene a ser un excelente emblema del honor. Con su noble blancura (eso es lo que significa su nombre: edel, "noble" y weiss, "blanco" ) en la cual parece cuajarse el esplendor de las cimas nevadas, nos habla de la pureza y elevación de la vida honrosa. Al igual que la edelweiss, el honor crece y vive en una atmósfera en la que se respira un aire puro, fresco, blanco y radiante, como de alta montaña, lejos de las miserias mundanas. En él se condensa el aroma serícico y sátvico de la cordillera del ser, sobre cuyos picos cubiertos de nieve reverbera la luz del sol espiritual (la nieve, como símbolo de salva, por su color blanco, evoca las ideas de verdad, inocencia y pureza). Y ese aroma de altas cumbres es lo que el honor derrama sobre el valle de nuestro devenir terreno infundiéndole un olor y regusto de eternidad…La conquista de esa inmarcesible y luminosa flor está reservada a los buenos montañeros, a los audaces y tenaces escaladores del ser. Cuanto más alto subamos en la Montaña del Ser, más probabilidades tendremos de alcanzar esa flor inmarcesible, más podremos gozar de ella, más podremos llenarnos de su belleza y su fragancia. Al ascender por dicha montaña nosotros mismos nos convertimos en cumbre donde brota la flor nívea y solar. Llegaremos así a ser “hombre-cumbre” o “mujer-cumbre”, o al menos nos iremos aproximando a meta tan sublime”.
“el honor es equiparado simbólicamente al fuego, a una llama u hoguera, a una antorcha, al oro, al diamante, a una joya o piedra preciosa, a una coraza dorada o incluso al Sol… (el honor está) asociado a objetos y seres de claro simbolismo solar como la espada, la oriflama, el águila, la rosa, la edelweiss, el crisantemo o la flor de loto”.
“el honor es equiparado simbólicamente al fuego, a una llama u hoguera, a una antorcha, al oro, al diamante, a una joya o piedra preciosa, a una coraza dorada o incluso al Sol… (el honor está) asociado a objetos y seres de claro simbolismo solar como la espada, la oriflama, el águila, la rosa, la edelweiss, el crisantemo o la flor de loto”.
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