CITAS Y AFORISMOS
"Es una experiencia verdaderamente fascinante, te olvidas de todo, de todas las preocupaciones, de todos los problemas, toda tu atención se centra en no caerte, es un deporte en el que interviene todo el cuerpo. Produce una enorme sensación de libertad sentirse tan cerca de las rocas, de la naturaleza, de las montañas, cuando alcanzas la cima sientes tal felicidad que quieres volver a experimentar esa sensación lo más a menudo posible".
Leni Riefenstahl

jueves, 1 de julio de 2010

- ARTHOS ENTREVISTA A DOMENICO RUDATIS

Entrevista a Domenico Rudatis por Renato del Ponte y Hans Thomas Hakl en Arthos nº 29 Pontremoli, 1985.











Giovanni Andrich, Leopoldo de 
Bélgica, Attilio Tissi, Carlo Franchetti y Domenico Rudatis, (de izquierda a derecha en la foto) 2 septiembre 1933, refugio Vazzoler.



Domenico Rudatis nació en el lejano 1898 en Venecia, pero los padres provenían de los Valles del Cadore. Participó en la primera y la segunda guerra mundial y actualmente reside en los Estados Unidos, en Nueva York. En los años veinte desarrolló una actividad alpina especialmente intensa en el grupo del Civetta, abriendo nuevas e importantes rutas con Renzo Videsott y Attilio Tissi. Fue el primero en Italia en introducir y desarrollar racionalmente una clasificación de las dificultades en la montaña, con una obra intencionalmente reconocida hasta tal punto de llegar a ser apodado «el profeta del sexto grado»1.
En los Cantones de Pelsa, dónde realizó exploraciones originales con Emilio Comici y otros, lleva su nombre una de las más bonitas agujas. Rivelazioni dolomitiche y otros artículos aparecidos entre el 1927 y el 1929 en la Revista mensual del C.A.I, donde se mezclaron experiencias alpinas y concepciones religiosas y esotéricas, provocaron protestas y problemas, tras lo cual J. Evola, en aquella época director del Grupo de Ur, se puso en contacto con Rudatis, pidiéndole que reelabore uno de aquellos artículos, que aparecerá luego en el número de agosto de 1929 de Krur (n° 8, pp. 232-245) firmado bajo el seudónimo de RUD2.
Desde entonces la colaboración de Rudatis con las iniciativas editoriales de Evola continuaron en La Torre (1930) y en la siguiente iniciativa de Diorama filosofico. A principios de los años treinta llega a ser a causa de sus empresas miembro activo del Club Alpino Académico Italiano (C.A.A.I.) y más recientemente (desde 1981 hasta hoy), tras el resurgir de los importantes Anuarios del C.A.A.I., colabora asiduamente con ensayos de interés internacional. Por fin, en el 1985, salió su espléndido volumen Liberazione: avventure e misteri nelle montagne incantate, donde se encuentran de forma algo resumida la suma de sus experiencias y sus intuiciones, también esotéricas, acogido con éxito de crítica y público. Una personalidad como Domenico Rudatis no podía dejar de ser muy estimada en Arthos, especialmente allí dónde su experiencia alpina se tradujo en «ciencia metafísica». A pesar de tener que remarcar algunas reservas sobre aspectos doctrinales de su pensamiento, como los que aparecen en determinadas páginas de Liberazione, nuestra Redacción ha estado encantada de hospedar al gran alpinista en este número tanto con una entrevista, como con un artículo redactado exclusivamente para nosotros. Así, Arthos quiere vincularse explícitamente –incluso con las debidas diferencias debidas a sus peculiares opiniones acerca de la época actual– con el filón de las publicaciones evolianas, interrumpido en aquellos lejanos años veinte hasta hoy (considerando que el propio Evola colaboró con nuestra revista en los primeros números). Las preguntas de la entrevista han sido formuladas por Renato del Ponte, pero estas han sido realizadas materialmente de forma directa en Nueva York por el D. Hans Thomas Hakl, a quien agradecemos calurosamente su ayuda, al igual que a Domenico Rudatis.

¿Cómo y dentro de que límites se podría hablar de ascesis aplicada a la experiencia alpina?
El punto fundamental está en el hecho de que la montaña tiene un sentido cósmico. En las mitologías de todo el mundo existe la concepción de la «tierra como madre» y del «cielo como padre». La montaña es un encuentro del cielo con la tierra, es decir es el símbolo de la boda cósmica, por la que la montaña adquiere un sentido cósmico. Así, las cumbres, como bien dice Eliade, son las puertas de los dioses. La montaña es sagrada. Y se puede hablar de ascesis si el individuo procede como en una liberación gradual, con la necesaria distancia y concentración. Obviamente, si una escalada es reducida a tecnología instrumental no se puede hablar ascesis.

¿Por qué cree Usted que los antiguos consideraron generalmente las cumbres de las montañas (de ciertas montañas) tabú? ¿Y dentro de que límites la ascensión alpina de ciertas cumbres puede no considerarse una profanación?La montaña, en cuanto realidad cósmica, constituye un centro. Generalizando, este centro ha sido asumido como «el eje del mundo» y ésta sería la superioridad sagrada de ciertas montañas. Esta concepción no es el tabú freudiano. En efecto, la montaña como eje del mundo, por ejemplo el monte Meru, no es siempre real. También puede ser una montaña puramente mítica. La profanación siempre existe y en todo lugar el hombre reniega del carácter sagrado del cosmos, tratando de reducirlo a un accidente casual fenoménico. Diría que la moderna profanación está en nosotros mismos.

Muchos de los más famosos escaladores de las cumbres del Himalaya de más de 8.000 metros han confesado haber advertido en la proximidad de las cumbres ciertas presencias (sentidas a menudo como femeninas). ¿Está al corriente de ello? ¿En tal caso, qué piensa?Esta es una experiencia bien conocida desde hace mucho tiempo pero los casos adecuadamente estudiados y testimoniados son pocos. Y no están limitados a las cumbres del Himalaya, ya que hay casos en la Antártida. El caso más significativo es el de F. Smythe, magnífico alpinista, ingeniero electrotécnico y magnifico escritor. Smythe tuvo la visión prolongada de un compañero que le ofreció alimento. He discutido este caso en mi libro Liberazione. Yo creo que se trata de una percepción del “doble” o sea el ka egipcio o bien del linga sarira Hindú En mi vida he tenido un período en el que con frecuencia tuve una tal percepción, con mi mujer. Corresponde en efecto a la experiencia del vardoger común en el extremo Norte. No se tiene que confundir con las posibles alucinaciones que ocurren cuando existe la falta de oxígeno en cotas altas, lo que no tienen ningún valor espiritual.

¿Es Usted miembro del C.A.A.I.: puede decirnos qué meritos alpinos llevaron a su admisión?
De 1927 a 1933 he realizado varias importantes ascensiones en los Dolomitas. Mi monografía sobre la conquista del Pan de Azúcar della Civetta impresionó a todo el mundo alpino. La publiqué en el 1929. E ingresé en el C.A.A.I. En 1932 el Österreichtlischen Alpenklubs me encargó representarlo en el Congreso Académico de 1932, en los Dolomitas.

¿Cómo está considerado en el entorno alpino «profano» que lee sus escritos, su encomiable tentativa de empapar de un influjo espiritual, por no decir esotérico, la experiencia alpina?El hecho es que con el renacimiento del Anuario del Club Alpino Académico, es decir a partir del 1981, en los cuatro anuarios ya publicados siempre se ha incluido en una posición destacada un amplio ensayo mío, lo cual demuestra que mis ideas interesan. Además mis ensayos han sobrepasado notablemente el marco de las ideas tradicionales y los límites alpinos ¡Incluso he tratado la perspectiva nuclear! No sé cómo irá el libro Liberazione, porque el editor es un desastre en todos los sentidos. Sin embargo las reseñas son completamente favorables y con frecuencia acusan sorpresa por la naturaleza del libro. Mi convicción es que si los pueblos no abren los ojos del alma están destinados a una total destrucción. Emerson, el gran pionero espiritual de América, hace ya un siglo dijo que la humanidad podría llegar a su fin a causa de su misma civilización.

Háblenos de sus relaciones con J. Evola. ¿Ha estado alguna vez en la montaña con él? ¿Sus relaciones han tenido como base sólo cuestiones alpinas o estaban abiertas a otros temas?
Evola me escribió la primera vez con ocasión de mi monografía sobre la escalada del Pan de Azúcar. Me dijo que mis escritos de montaña poseían una sugestión especial; y que había visto una concordancia con sus ideas. Jamás hemos ido juntos a la montaña, ni hemos discutido de alpinismo, sino de yoga.

¿Cuando le invitó Evola a colaborar por primera vez en La Torre y en Diorama filosofico”?Sencillamente me escribió invitándome a colaborar. Pero ante todo colaboré con un escrito en el n° 8 de Krur. Este fue el punto de salida. En Diorama hablé con frecuencia de deporte y cultura.

¿A parte de Evola, ha conocido otros miembros del famoso Grupo de Ur? por ejemplo A. Reghini? Si es sí, háblenos de ellos.
Mis relaciones culturales siempre han estado limitadas a Evola. Jamás pensé en ampliarlas. También porque supe que hubo problemas en el grupo, contra Evola, a quien yo estimaba mucho.

¿Es Usted católico? ¿O bien, tendría inconveniente en precisar su posición respecto a lo divino y lo sagrado?Yo nací en una familia católica. Mi interés en el campo esotérico empezó a los doce años leyendo las Instituzioni di scienza occulta de los sabios, luego los Vêda, los Upanisad y el Mahaparinirvana Sutra. En América he investigado varias formas de cristiandad. He estudiado cinco Biblias distintas, comenzando con la Vulgata, verificando que los comentarios interpretativos usuales están equivocados con frecuencia. Pero también, después de haber estudiado a aquel magnífico teólogo que es Kueng, me he convencido de que hay más verdades entre los antiguos que entre los modernos, al menos en la interpretación de las experiencias esotéricas, de las que he tenido un gran número durante mi larga vida. La verdadera comprensión empieza cuando se va más allá de lo racional, filosófico o teológico. Lo divino sólo es un nivel intermedio. En efecto, en el siglo quinto antes de Cristo, dijo Píndaro: Los dioses y los hombres llevan la respiración de la vida de la misma madre. La diferencia está en los poderes inherentes. El sagrado corresponde a un superior nivel trascendente, más allá de los poderes humanos y también de los poderes divinos. Así como la ciencia ha reducido la maravillosa complejidad esotérica del ser humano a un mecanismo computerizado, la filosofía trata de reducir lo trascendente a lo racional, cometiendo un error desastroso. Y el mismo error también lo está cometiendo la teología. Al principio de la era cristiana, Nagarjuna, que enseñó en la famosa universidad budista de Nalanda, escribió veintiún volúmenes demostrando que el prajna-paramita, es decir la intuición trascendental, es superior a la lógica, la dialéctica y razón ¡Y Einstein ha afirmado que el mérito de sus trabajos corresponde a la intuición y no a la lógica! Mis investigaciones esotéricas y espirituales iniciadas a los doce años continúan después de setenta y siete años, ya que dentro de un mes3 tendré ochenta y nueve años.

Notas:
1 Sobre este tema, en el volumen de V. Varale, La battaglia del sesto grado (1929-1938), Longanesi & C., Milán 1965, se podrá leer en el apéndice el Manifesto peri l riconoscimento ed il futuro del sesto grado de Domenico Rudatis (pp. 301-334). [Nota de Arthos]

2 Con el título de Prima ascesa (hoy en: GRUPO Di UR, Introduzione alla Magia, III, Roma 1971, pp. 246-257). Como premisa al artículo de 1929 en Krur Evola escribió: «Que todavía hoy alguien convierta en realidad todo aquello que dijimos sobre los sentidos superiores que pueden encenderse en vivencias, que para otros no son más que mero deporte, lo prueba la redacción técnica publicada en el número de mayo-junio de 1929 en la Rivista del Club Alpino Italiano, relativa a la ascensión de una de las más peligrosas vías dolomíticas, ejecutada por primera vez y sin guía, por una persona, lo que demuestra que esta al corriente de nuestras mismas ciencias. Esta misma persona describe ahora su experiencia de forma más adecuada para Krur, lo que, estamos seguros, tendrá un especial interés para nuestros lectores ». [Nota de Arthos]

3 En noviembre de 1986. [Nota de Arthos]

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