CITAS Y AFORISMOS
"Es una experiencia verdaderamente fascinante, te olvidas de todo, de todas las preocupaciones, de todos los problemas, toda tu atención se centra en no caerte, es un deporte en el que interviene todo el cuerpo. Produce una enorme sensación de libertad sentirse tan cerca de las rocas, de la naturaleza, de las montañas, cuando alcanzas la cima sientes tal felicidad que quieres volver a experimentar esa sensación lo más a menudo posible".
Leni Riefenstahl

miércoles, 7 de julio de 2010

- LA MONTAÑA, "CORAZÓN DEL MUNDO" Y MEDIDORA DEL CARACTER, por Renato Del Ponte



LA MONTAÑA, “CORAZÓN DEL MUNDO” Y MEDIDORA DEL CARACTER

Fragmento extraido de: aavv, El reino perdido. Apuntes sobre el simbolismo tradicional de la montaña , edizioni di Ar- colección "Il cavallo alato", pág. 13/14, Renato Del Ponte "La montagna, "cuore del mondo" e saggiatrice di caratteri”


“Todos los veranos, siempre, desde aquel día, he vuelto inevitablemente a la montaña. Al inicio, en un primer momento, durante mucho años he vagado en solitario, con modesto material y pocos víveres, por páramos semi-desiertos de los Alpes Occidentales, elecciones selectivas entre las menos famosas, las menos conocidas, y por lo tanto menos frecuentadas. Encontrando de vez en cuando un pastor, una gamuza, un águila de mirada severa a través de un claro entre las nubes. Se duerme en el primer lugar que se encuentra, en refugios semiderruidos, en cuevas o directamente a cielo abierto.
Frente a mi, en perpendicular, sobre el eje que desde mi mismo se eleva hasta la eternidad del cosmos, da vueltas la bóveda celeste. Arcanos mecanismos recalcan el lento transcurrir de divinos asterismos en el total silencio nocturno. ¿Habeís sentido alguna vez latir el corazón del universo?Pués bien, pasad una noche, a cielo abierto, bajo un cielo sereno, en una cota entre los tres mil y cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar: lo sentireís y os parecerá que su corazón sea vuestro corazón, lo que además és la misma cosa. Dejaros guiar por el latido de la trascendencia del universo y dejaros perder en el laberíntico mecanismo de la bóveda estelar: será como un benéfico perderse en vosotros mismos y llegando a ser Orión, el gigante, que con el fiel Sirio recorrerá por las inmensas praderas de vuestro mundo interior. No penseís pasar, en realidad, la noche en el mundo de los sueños, sino en un estado oscilante entre el desvelo y la somnolencia: en esta condición se debe estar dispuesto, como es conocido, a los encuentros y visiones más extrañas. Ruidos inesperados de ciudades lejanas a cientos de kilómetros, siluetas de figuras familiares de seres que se han amado o sólo soñado y la fría, físicamente gélida sensación de soledad absoluta.
En lugares como este y en similares condiciones se puede experimentar, de hecho, en su estado más primordial, la condición crudamente física de una sensación psíquica. El frío se identifica con el estar solos, mientras el hueco vacío del silencio se llena con cascadas de aguas cristalinas que manan desde recovecos que parecen existir sólo en nuestra mente. Pero he aquí pués que el sol, precedido de los serpenteantes dragones de la aurora, se ha manifestado sobre el escenario subyacente tras los descarnados bastidores del mundo, entre el claustro de las cumbres lejanas, y su aparición, ha necesitado para compensar, para satisfacer en términos concretos todo aquello que allí, donde nos encontramos, sobre el espolón helado de una roca, no podiaís más que definir en términos negativos: el vacío. El vacío es la nada que los rayos del Sol llenan de un valor significante. En un principio existía sólo la noche y la bóveda celeste, ahora encontramos una gran cavidad luminosa, sin su luz que ahora llueve desde las alturas, nada existiría. Y las cumbres que circundan esta cavidad existen sólo en cuanto te permiten de alcanzar esa luz, y anula el vacío que hasta ahora había en ti. Y es entonces cuando puede ocurrir la identificación suprema: tu eres la montaña y tu eres la luz que anula toda contradicción. Asciende siempre cada vez más alto y te parecerá de olvidar tu estado de corporeidad. Han transcurrido diversos días: nutrido de aire, de nieve y de grandes visiones, has podido finalmente descender hasta el fondo del valle, desde el momento que la montaña ahora late dentro de ti.”

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